¿Parto con la epidural u otros analgésicos? ¿Qué opciones hay?
Resumen

Los analgésicos suelen administrarse en los hospitales porque, al tratarse de fármacos, hay que vigilar también cómo se encuentra el bebé. A continuación, te dejamos un resumen general de las diferentes opciones, con sus ventajas y desventajas.
Summary
Óxido de nitrógeno
Esta sustancia, comúnmente llamada ‘gas de la risa’, no está disponible en todos los hospitales, aunque su uso es muy común, por ejemplo, en Inglaterra. Algunos obstetras lo recetan para aliviar el dolor durante el parto. El gas de la risa es una mezcla de óxido nitroso (N2O) y oxígeno (O2), y se administra a través de una máscara.
Ventajas del gas de la risa
Durante el parto, este gas favorece la relajación y hace que sea más fácil tolerar el dolor. Este tratamiento es seguro tanto para la madre como para el bebé, y no adormece a la mujer. El obstetra comprueba si el óxido de nitrógeno se está utilizando correctamente. Este gas, también conocido como óxido nitroso, está disponible en múltiples clínicas y hospitales con espacios adecuados para su administración.
La analgesia epidural
La anestesia epidural para el parto es la forma más efectiva de aliviar el dolor , ya que lo anula por completo. Siempre es un anestesista quien se encarga de ponerla, así que, una vez que se solicita, es posible que haya que esperar hasta que alguno esté disponible. El líquido anestésico se inyecta entre dos vértebras, en el espacio epidural, a través de un tubo fino: el catéter. En esa zona se encuentran los nervios que transportan los estímulos dolorosos desde el útero y el suelo pélvico. Por eso, si estos nervios se anestesian, el dolor de las contracciones desaparece. Sin embargo, hay otros nervios que también pasan por ese canal y que controlan los músculos de la parte inferior del cuerpo. La epidural se considera un método menos invasivo que la anestesia para el parto por cesárea.
¿Epidural, sí o no?
Después de una punción epidural, la fuerza muscular de las piernas puede disminuir temporalmente y podría causar molestias cuando la vejiga se llena. Es necesario llevar un seguimiento exhaustivo, ya que la presión arterial puede disminuir y, en ese caso, habría que administrar fluidos a la futura mamá por vía intravenosa. En muchos casos, también se realiza un control a través de equipos de vigilancia automática. Además, se monitoriza el latido del corazón del bebé mediante una CTG (monitorización cardiotocográfica).
Infusión de remifentanilo
La infusión se administra a través de una bomba en la cantidad que haya recetado el médico. Por lo tanto, cada paciente recibe la cantidad exacta de anestesia que necesita. Este método tiene un grado de eficacia entre moderado y muy alto, en parte porque reduce el estrés y permite que la mujer esté más relajada. Ventajas: el efecto desaparece en pocos minutos, lo que permite a la futura mamá permanecer despierta durante la fase del expulsivo y, por tanto, pujar de manera adecuada. La parte positiva es que la infusión surte efecto al minuto de administrarla, aunque puede tener efectos secundarios a largo plazo, como somnolencia, náuseas y presión arterial baja.
Efectos del remifentanilo administrado por bomba de infusión
El remifentanilo puede afectar a la respiración y la frecuencia cardíaca. Por eso, se vigilan continuamente la presión arterial, la cantidad de oxígeno en sangre y la respiración, y se lleva a cabo una CTG (monitorización cardiotocográfica).
Inyección de analgésicos: la petidina
Si faltan al menos tres horas para que nazca el bebé, se puede administrar una inyección para aliviar el dolor, ya sea en la nalga o en el muslo. La inyección suele contener petidina, un analgésico similar a la morfina. Esta última también se puede administrar en forma de infusión. La petidina suele recomendarse al principio del trabajo de parto, cuando la dilatación es de 1 o 2 cm. Por lo general, se utiliza si la paciente no duerme desde hace varias noches o durante las contracciones. Por el contrario, la anestesia epidural se pone si el parto natural no transcurre como debería. Este analgésico provoca somnolencia. Una vez que se administra, permite a la futura mamá descansar y, en ocasiones, incluso dormir para recuperar fuerzas. Si es necesario, se administra en combinación con un somnífero para garantizar unas horas más de sueño.
Riesgos de la inyección de petidina
La desventaja de la petidina es que todas las sustancias similares a la morfina provocan el mismo efecto secundario: reducen los estímulos respiratorios y ralentizan la función intestinal. Por eso, en caso de que se administre este fármaco, se vigila al bebé con mucha atención. Si la inyección se pone demasiado tarde y el bebé nace en un plazo de dos horas a partir de ese momento, aumenta el riesgo de que no reciba un estímulo respiratorio. De hecho, este medicamento no se les recomienda a las personas que padecen asma, ya que podría provocarles un ataque. Otros efectos secundarios molestos, aunque no tan peligrosos, son los siguientes: náuseas, vómitos, dolor de cabeza, mareos y somnolencia.
Diversidad de reacciones con la administración de petidina
Hasta ahora, las experiencias con la petidina han sido contradictorias: a algunas mujeres les ha parecido positiva la desaparición de los dolores fuertes para poder descansar, mientras que otras han presentado efectos secundarios (como la somnolencia, las náuseas y la pérdida del conocimiento) tan molestos que no han querido que se les siguiera administrando.
Básicamente, no se puede saber de antemano cómo reaccionará cada persona a la petidina.